En los últimos años, la prevalencia de alergias alimentarias se ha incrementado, y se estima que actualmente afecta a un 6 a 8% de los niños de todo el mundo, y es más común que se desarrollen en lactantes, y en niños en edad preescolar. Asimismo, la alergia a la leche de vaca es la alergia más común desarrollada en la infancia, con una prevalencia entre 0.54 y 4.9%, la cual puede variar según la región, y el tipo de alimentación que lleva el niño (leche materna o alimentación con fórmula) (1,2).
La alergia a la proteína de la leche de vaca se manifiesta con una variedad de síntomas, que pueden ser similares a otras reacciones a la leche de vaca, como la intolerancia a la lactosa, lo cual, puede dificultar el diagnóstico. Además, la alergia a la proteína de la leche de vaca puede ser un causante de estrés en los padres de familia, ya que los bebés y niños deben llevar una dieta sin leche y derivados, lo que puede conducir a deficiencias nutricionales posteriores, si no se realiza un tratamiento médico- nutricional adecuado (3,4,5).
A continuación, te contamos todo lo que necesitas saber, sobre la alergia a la proteína de la leche de vaca.
La alergia a la proteína de la leche de vaca, se define como una reacción adversa a una o más proteínas de la leche de vaca, que generalmente son la caseína y las proteínas del suero (alfa- lactoalbúmina y beta- lactoalbúmina). En la mayoría de los casos con alergia a la leche de vaca, las personas tienen sensibilidad tanto a la caseína, como a las proteínas del suero (4,5).
Cuando una persona tiene alergia a la leche de vaca, el sistema inmunitario responde ante una proteína específica de la leche, lo que causa que el sistema inmunológico reaccione, e intente neutralizar la proteína, liberando sustancias químicas que provocan los signos y síntomas (5).
La alergia a la leche de vaca, se manifiesta generalmente en los primeros 2 años de vida, especialmente dentro del primer año, o incluso, antes de los 6 meses. Es por esto que se diferencia de otras alergias alimentarias, como la alergia al maní, las nueces, el pescado, o los mariscos, que pueden desarrollarse en la niñez, o en la edad adulta (4,5).
Tener un diagnóstico temprano, es importante para iniciar la dieta de eliminación de la leche, en caso se confirme el diagnóstico. Sin embargo, actualmente, no existe una prueba específica para detectar la alergia a la leche de vaca, y, para confirmar el diagnóstico, los médicos se basan en la historia clínica, donde se describen los signos y síntomas, y el examen físico, en donde se puede realizar una prueba de punción cutánea, o una prueba de inmunoglobulina E (prueba de anticuerpos) en suero. Sin embargo, estas pruebas tienen baja especificidad, y podrían dar resultados positivos, en personas no alérgicas (4,5).
En la actualidad, la provocación alimentaria oral (prueba de alimentación), en intervalos, durante un periodo determinado de tiempo, sigue siendo el estándar de oro. Sin embargo, no se suele realizar con frecuencia, ya que los pacientes pueden presentar síntomas y reacciones adversas. Esta prueba, se suele realizar normalmente con leche fresca o leche horneada, sin embargo, se recomienda más el uso de leche horneada, ya que esta es menos alergénica (4).
Están mediados por la inmunoglobulina E (anticuerpo), y ocurren dentro de la primera hora después de la ingestión de leche. Estos pueden incluir:
No están mediados por la inmunoglobulina E, y pueden tardar horas o varios días en presentarse, después de la ingestión de la leche de vaca. Entre estos síntomas se encuentran:
Como se mencionó anteriormente, los signos y síntomas de la alergia a la leche de vaca, pueden tener similitud con los signos y síntomas de la intolerancia a la lactosa. Es por esto, que es muy importante que se puedan reconocer las diferencias entre ellas, siendo la principal diferencia, que la alergia a la proteína de la leche involucra al sistema inmunológico, mientras que la intolerancia a la lactosa no (5).
El tratamiento definitivo, es la eliminación de la leche de vaca en la dieta. Sin embargo, es recomendable iniciar el tratamiento de la mano de un médico y nutricionista, que pueden brindar un plan de alimentación nutritivo y equilibrado, ya que, al eliminarse la leche de vaca y sus derivados como el yogurt y el queso, podría desarrollarse deficiencias nutricionales de calcio, vitamina D, o riboflavina principalmente (5).
Es importante saber que, si a un bebé lactante se le diagnostica alergia a la leche de vaca, es probable que la madre también tenga que realizar una dieta sin leche de vaca y derivados, puesto que, las proteínas de la leche de vaca, pasan a través de la leche materna al bebé, aumentando el riesgo de una reacción alérgica (4,5).
Sin embargo, los lineamientos actuales recomiendan que se debe alentar a las madres a continuar amamantando, ya que el prolongar la lactancia materna exclusiva, durante los primeros 6 meses de vida, puede reducir el riesgo de alergias alimentarias. Mientras que, el consumo de fórmulas artificiales, puede aumentar el riesgo de desarrollar alergias alimentarias (4,5).
A continuación, te presentamos algunos alimentos y compuestos NO permitidos para las personas con alergia a la leche de vaca, según Stanford Medicine (6):
Es importante mencionar, que en el caso de los niños menores de 2 años que no reciben lactancia materna, el principal tratamiento es evitar la leche de vaca. Sin embargo, también se recomienda el uso de fórmulas extensamente hidrolizadas, las cuales son fórmulas hipoalergénicas, en las cuales, durante su procesamiento, se descomponen las proteínas de la leche. O también, se puede recomendar las fórmulas vegetales alternativas, hechas a base de soya o arroz, sin embargo, las fórmulas de soy se recomiendan a partir de los 6 meses, al igual que la introducción de otros alimentos alergénicos en la alimentación complementaria (1,5).
El pronóstico para la alergia a la leche de vaca es muy bueno, sobre todo, cuando se desarrolla en la infancia. Ya que, según estudios, el 50% de los niños con alergia a la leche de vaca, logran tolerar a la edad de 1 año, más del 75% desarrollan tolerancia a los 3 años, y, más del 90% de niños, toleran la leche de vaca a la edad de 6 años (5).
En conclusión, la alergia a la proteína de la leche de vaca puede desarrollarse principalmente en la primera infancia. Sin embargo, el pronóstico para este tipo de alergia es muy bueno, ya que un gran porcentaje de niños suelen tolerar la leche de vaca antes de los 3 años de edad. Además, en la actualidad, para los niños con alergia a la leche de vaca, que no se encuentran con lactancia materna, existen diversas fórmulas hipoalergénicas alternativas.
Entérate de más novedades de la app, consejos para mejorar tus hábitos alimenticios, recetas y más
Descarga de forma gratuita la app para Android
Descarga de forma gratuita la app para iOS
Si quieres formar parte del Gundo Blog Club, para ser el primero en recibir futuras publicaciones, deja tu correo en el siguiente formulario
Licenciada en Nutrición y Dietética
El diseño de un plan personalizado para la pérdida de peso saludable es una de…
Hemos tenido el privilegio de realizar la Entrevista a Marina Riera de ADN Institut, una…
En la actualidad, la preocupación por la salud y el bienestar ha llevado a los…
Entrevista a experto sobre la innovación en el marketing alimentario: en el mundo del marketing…
El sector de alimentos ha experimentado una transformación significativa en los últimos años, especialmente impulsada…
En la actualidad, la preocupación por la salud y el bienestar ha llevado a los…
This website uses cookies.