El aspartamo es un edulcorante utilizado ampliamente por la industria en la producción de numerosos alimentos, bebidas y medicamentos, con el fin de proporcionar dulzura sin el aporte de azúcar ni calorías. Este aditivo tiene un sabor “limpio” y dulce, sin rastro de amargura o gusto metálico, lo que lo hace muy atractivo. Además, suele ser más económico que el azúcar, lo que lo convierte en una opción ideal para los fabricantes.
Sin embargo, a pesar de su amplio uso, el aspartamo se encuentra en el centro de un debate científico y de salud pública: ¿Es realmente seguro para nuestro consumo? Algunos estudios sugieren que el aspartamo puede tener efectos adversos en la salud de adultos y niños, incluyendo cáncer, trastornos neurológicos como demencia, sobrepeso y diabetes, entre otros (1,2,3).
En este artículo, exploraremos la evidencia científica detrás del aspartamo, desentrañando lo que se sabe hoy en día de este aditivo, para ayudarte a tomar decisiones informadas sobre tu salud y alimentación.
Este edulcorante fue descubierto por accidente, en 1969 y no ha tardado en captar la atención de los productores de alimentos gracias a su potente poder endulzante, que supera de 200 a 300 veces al del azúcar común. Un tiempo después, el aspartamo recibió “luz verde” de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, en 1981 (1).
Así, el aspartamo ingresa al mercado, y se comercializa como NutraSweet, libre de sospechas con respecto a su posible efecto cancerígeno. Por primera vez, los productos lácteos y bebidas industriales, podrían describirse como dietéticos. El aspartamo sigue siendo un edulcorante de uso extendido en América, Europa y Asia hasta el día de hoy, existiendo al mismo tiempo, una constante puja entre los expertos (1).
La discusión se centra en cuánto es seguro consumir, siendo la dosis máxima recomendada de 40 mg por kilo de peso corporal al día, y si este popular edulcorante artificial es realmente amigable con nuestro cuerpo. Muchos expertos sostienen que más allá de respetar la dosis recomendada, el aspartamo puede provocar perjuicios para la salud de las personas (1).
Este edulcorante es un compuesto sintético conformado por la combinación del ácido aspártico y la fenilalanina. Su popularidad es tal que se encuentra en más de 6.000 productos industriales, desde refrescos y mezclas para postres, hasta yogures dietéticos y demás productos ultraprocesados. Incluso se puede encontrar en algunos multivitamínicos masticables y en aproximadamente 600 productos farmacéuticos. Estos datos son llamativos: es consumido por millones de personas en todo el mundo, muchas de ellas incluso, sin saberlo ni advertir de sus posibles efectos en el organismo.
Algunos de los alimentos que pueden contener aspartamo:
El aspartamo se suele utilizar como alternativa al azúcar, es por esto que se encuentra comúnmente en productos “light”, “zero” o “sin azúcar”. Sin embargo esta regla no siempre se cumple: algunos productos con azúcar pueden contener aspartamo, como es el caso de algunos edulcorantes en polvo. Por otro lado, productos “sin azúcar” pueden NO contener aspartamo ni ningún otro edulcorante artificial (1).
Para saberlo, es clave leer la etiqueta de los productos, específicamente la lista de ingredientes. En muchas ocasiones, no encontrarás al aspartamo expresado como tal, sino como su código de aditivo: E951.
Por otro lado, se estima que las mujeres en edad fértil y los niños consumen entre 2,5 y 5,0 mg/kg de edulcorantes artificiales cada día. Así, en términos generales, los adultos suelen consumir entre el 5,6% y el 14,7% de la cantidad diaria recomendada de aspartamo. Por otro lado, los niños suelen consumir entre el 21% y el 43,1% de la cantidad diaria recomendada de este edulcorante. Estas cifras no exceden la cantidad máxima recomendada por día, sin embargo muchos expertos consideran que los riegos para la salud se encuentran en dosis bajas de aspartamo (1).
Si bien no se producen todos los siguientes efectos, ni tampoco es seguro que sucedan en todas las personas que lo consumen, sí se asocia su consumo a mayor riesgo de desarrollar…
Si bien no son investigaciones concluyentes, se ha asociado al consumo de aspartamo con un mayor riesgo de desarrollar cáncer, en estudios antiguos y recientes. Estos estudios se han realizado más que nada en roedores, y de momento, se necesita más evidencia de testeo en humanos (2).
La OMS, por un lado, ha declarado recientemente que el aspartamo puede producir cáncer en humanos. Esta declaración generó revuelo, y otros organismos dependientes de la OMS han declarado a los pocos días, que su consumo es seguro en dosis más bajas que la máxima recomendada (2).
Según el reconocido diario New York Times: “La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por su sigla en inglés), la cual aprobó el aspartamo hace décadas, emitió una crítica inusual a los hallazgos de la agencia global y reiteró su posición tradicional de que el endulzante es seguro. En un comunicado, la FDA afirmó que ‘no está de acuerdo con la conclusión del CIIC (Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer) de que estos estudios respaldan la clasificación del aspartamo como un posible carcinógeno para los humanos’”.
Sin embargo, la evidencia muestra en muchos casos, que es un posible efecto a largo plazo. Al menos, en roedores, se ha confirmado esta consecuencia. Algunos tipos de cáncer asociados son: cáncer de hígado y linfoma No Hodgkin, un tipo de cáncer de ganglios linfáticos y algunos tipos de cáncer relacionados a la desregulación hormonal (2).
Como se puede ver, respecto al cáncer, la evidencia y las opiniones son bastante controversiales, aún no existe un consenso científico. Entonces, como mínimo, se recomienda a las personas limitar su consumo para prevenir problemas de salud.
Contrariamente a lo que se esperaría de un edulcorante sin azúcar, se ha relacionado al uso del aspartamo con un mayor riesgo de desarrollar diabetes mellitus tipo 2 (3).
El mecanismo bioquímico por el que esto sucede es un poco complejo. Intentemos explicarlo: se ha visto en numerosos estudios, que el aspartamo tiende a elevar los niveles de cortisol en sangre, hormona relacionada con el estrés. De esta manera, el aspartamo puede comportarse como un factor estresor en el organismo.
Este efecto provoca una alteración de la microbiota intestinal (bacterias que viven en el intestino). A su vez, la microbiota intestinal se ve implicada en procesos importantes que regulan distintos sistemas del cuerpo humano. Por lo tanto, si existe alteración de la microbiota, hay alteraciones en el funcionamiento de otros sistemas. Así es como este disbalance tiende a producir intolerancia a la glucosa (azúcar) e insulinorresistencia, procesos previos al desarrollo de diabetes (3).
Aunque aún se necesita más evidencia de peso para asegurar estos efectos, hay una tendencia cada vez mayor dentro del cuerpo científico, hacia estas conclusiones.
Se ha visto también en estudios recientes (2023), que el aspartamo se relaciona a mayor probabilidad de desarrollar obesidad, debido a mecanismos similares al descrito para la diabetes. En ambos casos, el “trigger” o disparador es el aumento de la inflamación crónica muchas veces no perceptible, que conlleva a desarrollar diabetes y obesidad en personas que tienen predisposición, conjuntamente con otros factores del estilo de vida: alimentación, sedentarismo, estrés, etc. Debido a que la obesidad es multifactorial, es complejo medir si realmente se produce por este motivo, más bien podría ser un conjunto de factores (3).
Por otro lado, se ha visto que el aspartamo puede atravesar la barrera hematoencefálica (barrera que separa al cerebro de la sangre). Así, ha sido vinculado con una serie de problemas cognitivos y de comportamiento, incluyendo dificultades de aprendizaje, dolores de cabeza, mayor riesgo de convulsiones en personas susceptibles, estados de ánimo irritables, demencia, ansiedad, depresión e insomnio (4).
Se cree que el aspartamo puede alterar la química del cerebro, disminuyendo la producción de neurotransmisores clave (es decir, de mensajeros del cerebro, que llevan información de una neurona a otra) y aumentando los niveles de radicales libres, compuestos que pueden hacer que el cerebro sea más vulnerable al estrés oxidativo. Esto último se asocia a un mayor riesgo de enfermedades, ya que las células ante el estrés oxidativo se vuelven más susceptibles a los daños (4).
Aunque se ha sugerido que el aspartamo puede ser responsable de estos efectos adversos en la salud del cerebro y la conducta, se necesita aún más evidencia contundente para asegurarlo. Por lo tanto, se recomienda precaución al consumir aspartamo.
También, el consumo de aspartamo durante el embarazo se ha asociado a mayor probabilidad de:
(3,5)
Lo que sucede es que este compuesto puede atravesar la placenta, llegando al feto, pudiendo generar efectos a corto, mediano y largo plazo.
Respecto al autismo, condición cada vez más presente en la sociedad actual, algunos estudios exploraron la relación entre el autismo y el consumo de metanol, un componente del aspartamo, en la dieta de madres embarazadas (3).
Los resultados mostraron que las madres de niños con autismo consumieron más del doble de metanol en su dieta en comparación con las que no tenían hijos con autismo. El metanol del aspartamo se comporta como una toxina y puede causar estrés oxidativo, lo cual se relaciona con un mayor riesgo de autismo. Sin embargo, no se ha demostrado que el aspartamo cause autismo por sí solo. Como la mayoría de las condiciones de salud, es más adecuado pensarlas como multifactoriales (3,5).
Igualmente, como sucede en general con los estudios sobre aspartamo, la mayoría de la evidencia se ha contrastado en animales, por lo tanto aún falta más evidencia en humanos, para confirmar dichos hallazgos.
Si tienes diabetes, puedes optar por una opción totalmente natural, que son las hojas de stevia. Se pueden aplicar directamente a la infusión o se puede realizar un jarabe casero con las hojas para endulzar preparaciones y bebidas. Muchos edulcorantes artificiales que contienen stevia, también pueden contener azúcar, aspartamo y otros edulcorantes artificiales, con lo cual no son del todo seguros.
Si no tienes diabetes, puedes optar por:
Si bien el aspartamo es un aditivo ampliamente utilizado y aprobado por varias organizaciones de salud a nivel mundial, existen diversas investigaciones que plantean interrogantes sobre sus efectos a largo plazo en la salud humana. La relación con diversas afecciones como el cáncer, diabetes, y alteraciones neurológicas pone en duda la seguridad de su consumo frecuente, a pesar de no superar la dosis diaria recomendada (1,2,3,5).
Como consumidores, es importante estar informados y tomar decisiones conscientes acerca de lo que consumimos, y siempre recordar que un patrón de alimentación equilibrado y natural es la clave para mantener una salud óptima. Recuerda que Gundo app te ayuda a identificar aquellos productos que contienen aditivos malos para tu salud, de forma fácil y automática.
Licenciada en Nutrición Magalí Pezzarini
Nutrición Plant Based y clínica. Nutrición Deportiva.
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1. Kumar A, Pretorius E. Revisiting the safety of aspartame. Nutrition Reviews. 2017;75(Aug):718-730. Disponible en: https://academic.oup.com/nutritionreviews/article/75/9/718/4101228?login=false
2. Landrigan P, Straif K. Aspartame and cancer: new evidence for causation. Environmental Health. 2021;20(Apr). Disponible en: https://link.springer.com/article/10.1186/s12940-021-00725-y
3. Czarnecka K, Pilarz A, Rogut A, et al. Aspartame: true or false? Narrative review of safety analysis of general use in products. Nutrients. 2021;13(May):1957. Disponible en: https://www.mdpi.com/2072-6643/13/6/1957
4. Kumar A. Neurophysiological symptoms and aspartame: what is the connection? Nutritional neuroscience. 2017;21(Feb):306-316. Disponible en: https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/1028415X.2017.1288340
5. Kumar A. Diabetes type II: Should aspartame be a concern? Frontiers in Clinical drug research-diabetes & obesity. 2023;7:48-58. Disponible en: https://books.google.es/books?hl=es&lr=&id=lOm3EAAAQBAJ&oi=fnd&pg=PA48&dq=aspartame+and+diabetes&ots=OIo0ImdBOs&sig=CWD9VAOQMoOVv1H8kBX-Vx9VzUs#v=onepage&q&f=false
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