Los materiales de empaque se encuentran presentes en la vida cotidiana de casi todas las personas del mundo, pudiendo encontrarlos en supermercados, restaurantes, farmacias, entre otros. El packaging asegura que los productos envasados, desde alimentos hasta cosméticos y fármacos, se mantengan en buen estado durante su traslado y almacenamiento. Sin embargo, existe poca discusión sobre el final de su vida útil y su impacto en el medio ambiente. En este sentido, apostar por vender productos con packaging sostenible, es una excelente opción para posicionarse favorablemente en el mercado y para colaborar con la salud humana y medioambiental (1).
En el vasto mundo de la nutrición, cuando pensamos en productos alimenticios, rara vez damos prioridad al envase o «packaging». Sin embargo, este desempeña un papel crucial que va más allá de simplemente mantener nuestros alimentos protegidos.
Es esencial comprender el valor y las funciones del packaging para poder tomar decisiones acertadas al respecto. A continuación, desglosamos este tema para entenderlo:
Así, el packaging en alimentos no es un mero contenedor. Es una herramienta fundamental que, bien utilizada, puede potenciar la compra consciente, la nutrición, la sostenibilidad y la salud general del consumidor. Al considerar nuestras opciones alimentarias, es crucial reconocer y valorar el impacto y la función del envase en nuestra salud y en el mundo que nos rodea (1).
Al fabricar un producto, una decisión clave es la de qué material utilizar. No sólo por el impacto que tendrá en las elecciones de los consumidores, sino también por el costo que representará para su fabricación.
Sin embargo, el packaging sostenible se encuentra cada vez mejor posicionado en el mercado, sobre todo si es utilizado de forma inteligente. Analicemos los materiales más utilizados en el mercado:
Los materiales a base de plástico son los más utilizados, ya que presentan beneficios muy marcados como: buenas propiedades de protección, liviandad, bajo costo, etc haciéndolo ampliamente beneficioso para la preservación, el transporte y la ganancia económica del productor.
Sin embargo, su principal desventaja consiste en un enorme impacto ambiental negativo. La producción de materiales a base de petróleo conlleva la liberación de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, aumentando la huella de carbono y el efecto invernadero, favoreciendo a los fenómenos cada vez más marcados de calentamiento global.
Además, el manejo inadecuado de los plásticos de los envases o su recolección/reciclaje provoca que se acumulen indiscriminadamente terminando en vertederos y contaminando la tierra y los océanos. Muchas industrias están buscando materiales alternativos sostenibles y respetuosos con el medio ambiente. Esto se debe en parte a medidas fomentadas por distintos países, por ejemplo, la Comisión de la Unión Europea (UE) ha planteado el objetivo de reducir los desechos plásticos en un 55 % en 2025 y garantizar que los materiales sean 100 % reciclables o reutilizables para 2030, ya que se estima que si no se toman medidas adecuadas a largo plazo, el uso de plástico se duplicará en los próximos 20 años (2).
El papel está cerca del plástico en cuanto a los materiales más usados para envasar. Sin embargo, los problemas medioambientales en torno al plástico, preocupan a consumidores cada vez más conscientes a lo largo del mundo, dando un lugar importante al papel y al cartón como alternativas de packaging sostenible.
Algunas ventajas de este material son: alta capacidad para degradarse, fácil manipulación para su uso, bajo costo, liviano. Sus desventajas principales son: poca protección ante la humedad, poco estable a temperaturas elevadas, baja resistencia en relación a agentes externos.
Sin embargo, ante estas desventajas, se suelen aplicar revestimientos hechos a base de polímeros, para proteger más al producto y su durabilidad, derivando en la utilización de plásticos en la elaboración (2).
El vidrio consiste en uno de los materiales más usados a nivel mundial. La industria alimentaria y farmacéutica lo siguen utilizando ampliamente. Algunas de sus principales ventajas son: conservación del producto, el vidrio es inerte y no interacciona con el alimento, evitando que este se altere, conservación de características sensoriales, resistencia a agentes químicos externos.
Además, el vidrio puede volver a usarse perfectamente, permitiendo la reutilización, lo cual disminuye residuos. El vidrio también puede producirse tanto a partir de ciertos compuestos, como a partir de otros envases usados de vidrio, es decir que permite una lógica de reciclaje.
Algunas desventajas del vidrio son: su peso elevado, su baja resistencia a temperaturas extremas, y su fragilidad, pudiendo romperse fácilmente ante los golpes. Sin embargo, en términos ecológicos resulta una buena opción (2).
Los metales más utilizados para envasar alimentos son: aluminio, estaño, plomo y cobre. Todos ellos pueden interactuar con los alimentos, es decir, que llegan trazas de estos metales al aparato digestivo de los consumidores. Estos se utilizan principalmente en latas para bebidas, conservas, atún, etc. Existen leyes que regulan la cantidad de metal que puede usarse en cada packaging, para evitar problemas de salud en la población.
Las ventajas del aluminio, que es el metal más utilizado, son: bajo costo, excelente barrera contra agentes externos y la humedad, cierta resistencia a temperaturas (no extremas) y además, es reciclable. Las principales desventajas son: los problemas de toxicidad que pueden ocasionar en las personas y además, no se puede someter a calentamiento en microondas ni a temperaturas demasiado altas (2).
| Material | Ventajas | Desventajas |
| Plástico | – Buenas propiedades de protección. – Liviandad – Bajo costo – Beneficioso para preservación y transporte. | – Impacto ambiental negativo. – Liberación de CO2. – Contaminación en vertederos y océanos. – Bajo índice de reciclaje. |
| Papel y Cartón | – Alta capacidad de degradación. – Fácil manipulación. – Bajo costo. – Liviano. | – Poca protección ante la humedad – Inestable a altas temperaturas. – Baja resistencia a agentes externos. |
| Vidrio | – Conservación del producto. – Inerte (no interacciona con alimentos) – Resistencia a agentes químicos. – Reutilizable y reciclable. | – Peso elevado. – Baja resistencia a temperaturas extremas. – Fragilidad. |
| Metales | – Bajo costo (aluminio). – Excelente barrera contra agentes externos y humedad (aluminio). – Resistente a ciertas temperaturas (aluminio). – Reciclable. | – Interacción con alimentos (trazas en digestión). – Toxicidad. – No apto para microondas ni altas temperaturas (aluminio). |
Papel o cartón reciclado: A menudo utilizado para empaques secos, cajas y bolsas. Es biodegradable y, si se produce a partir de fuentes sostenibles o es reciclado, tiene un impacto ambiental muy favorable.
PLA (ácido poliláctico): Es un bioplástico producido a partir del ácido láctico, un compuesto natural, obtenido por fermentación de fuentes renovables como el maíz o la caña de azúcar. Es compostable en instalaciones industriales, lo que significa que puede descomponerse en componentes naturales bajo condiciones específicas.
Películas de Alginato: Los alginatos son los polisacáridos más abundantes en las algas pardas y son utilizados comúnmente como agentes gelificantes en la industria alimentaria, para la fabricación de helados, salsas, jarabes, rellenos, yogur y otros. Respecto al packaging, la industria de plásticos también puede verse beneficiada de los alginatos. Estas películas son biodegradables y se pueden usar para empaques de alimentos como sustitutos de los plásticos tradicionales.
Bolsas compostables: Fabricadas con materiales que pueden descomponerse en compost bajo las condiciones adecuadas, como almidón de papa o maíz. Estas bolsas son una alternativa a las bolsas de plástico tradicionales y son adecuadas para envases de alimentos que tienen una vida útil más corta.
Hojas de banano o palma: En algunas regiones, las hojas de estos árboles se han utilizado tradicionalmente para envolver alimentos, y son totalmente compostables. En la actualidad, puede utilizarse sobre todo para productos secos cuya vida útil no sea demasiado corta.
Bolsas de yuca: Se fabrican a partir del almidón de yuca y son compostables, además de ser solubles en agua caliente.
Vidrio reutilizable: El vidrio es 100% reciclable y, con esquemas de reutilización adecuados, puede ser una solución sostenible para algunos alimentos.
Bambú: Es una planta de rápido crecimiento y sostenible que se puede usar para hacer envases compostables para ciertos alimentos. Es ideal para el packaging de comidas preparadas y bebidas que serán consumidas el mismo día de su compra.
Bagazo: Es el residuo fibroso que queda después de la extracción del jugo de la caña de azúcar. Este material se puede procesar y moldear para hacer envases de alimentos compostables.
Tintas ecológicas: Aunque no es un «material» en sí, es esencial mencionar las tintas ecológicas, que son biodegradables o basadas en agua, para la impresión en envases sostenibles.
Como verás, existe una variedad enorme y cada vez mayor de materiales a elegir. Sólo debes escoger aquel que se adapte más a tu producto según sus características. Si tienes un mercado que vende alimentos, presentar este tipo de envases va a colaborar con un mejor posicionamiento ante los compradores y competidores en el mercado.
Al seleccionar el material de embalaje adecuado para un alimento específico, siempre es crucial considerar la barrera contra la humedad, el oxígeno y otros factores que puedan afectar la calidad y la vida útil del producto.
Además, la disponibilidad y coste de estos materiales en diferentes regiones y la infraestructura de reciclaje o compostaje local también deben tenerse en cuenta.
Utilizar un packaging sostenible en la producción y venta de alimentos presenta una serie de beneficios, tanto desde una perspectiva ambiental como económica y social. Estos son algunos de los beneficios más importantes (2):
Minimización de residuos: Los envases sostenibles, especialmente aquellos que son biodegradables o compostables, reducen la cantidad de residuos que acaban en vertederos o en el medio ambiente.
Consumo reducido de recursos: Al reutilizar y reciclar materiales, se disminuye la necesidad de extraer y procesar materias primas.
Reducción de emisiones: Fabricar packaging sostenible suele requerir menos energía y recursos, lo que puede llevar a una menor emisión de gases de efecto invernadero.
Reducción de costos a largo plazo: A medida que los materiales tradicionales se vuelven más caros debido a impuestos medioambientales o limitaciones en su disponibilidad, los envases sostenibles pueden resultar más económicos.
Atractivo para subvenciones y financiación: Las empresas sostenibles pueden tener acceso a incentivos fiscales o a financiación específica.
Mayor lealtad del consumidor: Los consumidores están cada vez más informados y muchos prefieren marcas comprometidas con la sostenibilidad, lo que puede traducirse en una base de clientes más leal y un aumento en las ventas.
Responsabilidad social corporativa: Las empresas que adoptan prácticas sostenibles a menudo son vistas como más responsables y pueden atraer tanto a consumidores como a empleados que valoran la ética y la sostenibilidad.
Educación y conciencia: Al adoptar envases sostenibles, las empresas pueden desempeñar un papel en la educación de los consumidores sobre la importancia de la sostenibilidad.
Mejora de la imagen de marca: Estar asociado con prácticas ecológicas y sostenibles puede mejorar significativamente la percepción y reputación de una marca.
Nuevas oportunidades de mercado: Los envases sostenibles pueden permitir a las empresas acceder a nichos de mercado específicos o a distribuidores que exijan prácticas sostenibles.
Impulso a la innovación: La necesidad de buscar alternativas sostenibles puede llevar a la creación de productos y soluciones innovadoras, potencialmente generando ventajas competitivas.
Anticipación a regulaciones: Con el aumento de las preocupaciones medioambientales, muchos gobiernos están implementando regulaciones más estrictas sobre los envases. Las empresas que ya han adoptado soluciones sostenibles estarán mejor preparadas.
Reducción de riesgos: La adopción de prácticas sostenibles puede reducir los riesgos asociados con la escasez de recursos, fluctuaciones de precios de materiales no renovables y posibles litigios relacionados con impactos medioambientales.
El packaging en la industria alimentaria juega un papel esencial más allá de la simple protección. Es una herramienta clave para la transmisión de información, reducción de desperdicio y estrategias de marketing.
Sin embargo, con el creciente reconocimiento de los impactos ambientales negativos asociados con ciertos materiales de embalaje, como el plástico, es crucial considerar alternativas sostenibles. Generar packaging sostenible no solo beneficia al medio ambiente, sino que también puede ofrecer ventajas económicas y sociales para las empresas, posicionándolas favorablemente en un mercado cada vez más consciente y exigente. Es esencial que las empresas reconozcan y valoren el impacto y función del packaging en la salud, sostenibilidad y decisiones de compra de los consumidores.
En resumen, el movimiento hacia el packaging sostenible es una respuesta tanto a las demandas del mercado como a la urgente necesidad global de abordar problemas medioambientales, como el cambio climático, la contaminación y la degradación de los ecosistemas. Adoptar prácticas sostenibles en el envase de alimentos es un paso importante hacia un futuro más verde y responsable.
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Licenciada en Nutrición Magalí Pezzarini
Nutrición Plant Based y clínica. Nutrición Deportiva.
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