La evolución de la biotecnología alimentaria es un viaje de descubrimiento y progreso, transformando la manera en que percibimos, producimos y consumimos alimentos.
En la siguiente entrevista con Agustín Blacker, CEO & Co-founder de Hedonix, conoceremos las tendencias emergentes de la biotecnología de alimentos, y su impacto en la promoción de una alimentación saludable y sostenible.
Desde los fundamentos de la biotecnología hasta las perspectivas futuras, la conversación con Agustín destaca los avances notables y los desafíos que enfrenta esta industria en constante evolución.
AB: Creo que la biotecnología siempre ha aportado soluciones a problemas actuales. Si vamos al siglo 19, Luis Pasteur fue quien investigó la fermentación y estableció las bases para la comprensión de microorganismos involucrados en la generación de diferentes productos como el pan, el queso, la cerveza. Luego, apareció la pasteurización, que permitió la conservación de esos alimentos, para que tengan más durabilidad.
Después, apareció la ingeniería genética, que permitió mutar genéticamente y lograr atribuir nuevas cualidades a diferentes plantas, por ejemplo, lo que permitió nuevos productos alimenticios. Luego, aparecieron los alimentos transgénicos, donde los productos transgénicos como el maíz o la soja, lograron ser resistentes a diferentes condiciones climáticas.
Vemos a lo largo de la historia que la ciencia y la biotecnología han contribuido a soluciones que han permitido no solo nuevos alimentos, sino también mejores condiciones de crecimiento para los cultivos, logrando así nuevos alimentos y mayores beneficios para los consumidores.
AB: La biotecnología en materia de salud, ha dado mejoras en la calidad nutricional de los alimentos. Por ejemplo, haciendo un arroz dorado que tenga mayor aporte en vitamina A para abordar deficiencias en esta vitamina, ha dado funcionalidad a los alimentos.
Otro ejemplo son los yogures, que tienen probióticos para mejorar la salud digestiva. También está la reducción de alérgenos, en todo lo que son las semillas, como las almendras, por ejemplo. Hay un alto índice de personas que son alérgicas a dichos productos, y se ha logrado la mutación y lograr así la reducción del alérgeno en estos productos.
Y respecto a sostenibilidad, la biotecnología ha permitido aportar valor en ese aspecto. Por ejemplo, se ha logrado una reducción considerable en lo que son pesticidas, herbicidas, logrando así cultivos transgénicos, que son resistentes a insectos. Además, se ha logrado mayor eficiencia en el uso de recursos, por ejemplo, todo lo que son semillas resistentes al estrés hídrico, ya que el agua, en la agricultura, siempre ha sido un recurso escaso, y todo el cambio climático ha afectado a los mecanismos de producción.
También, se ha logrado una reducción en erosión de suelos, ya que hay plantaciones con mayor resistencia en las raíces, lo cual ayuda a prevenir la erosión de los suelos y sobre todo la reducción de emisiones de dióxido de carbono, debido a la optimización del uso de recursos naturales, y también a las nuevas tecnologías que logran capturar el dióxido de carbono emitido por otras industrias.
En Hedonix por ejemplo, actualmente estamos trabajando en esto, sobre todo en dar conciencia sobre cómo el uso de tecnologías nos permite la reducción de emisiones de dióxido de carbono, uso de agua y electricidad, para lograr consistencia en ingredientes que sean sostenibles, funcionales, y naturales para la industria alimenticia y cosmética.
AB: Lo que estamos viendo actualmente, es que el consumidor cada vez es más consciente sobre la naturaleza de lo que consume y, a raíz de eso, ha generado nuevas demandas, porque también es consciente de lo que implica consumir lo que veníamos produciendo o consumiendo.
En este sentido, la biotecnología lo que da es versatilidad, porque permite generar ingredientes o alimentos más adecuados o más acordes a las demandas, sobre todo en materia natural. Creo que es súper valioso este aspecto, porque permite no solo generar conciencia, sino también atribuir lo que el consumidor pide y necesita. Siempre preservando la sostenibilidad del medio ambiente donde hoy estamos trabajando.
AB: La comunicación siempre es clave. Creo que ahí es donde hay un gran desafío y una gran responsabilidad por medio de las instituciones a trabajar en conjunto, no solo las privadas, sino también las públicas. No tiene sentido generar nuevos productos si el consumidor final no es consciente de lo que está consumiendo, y si las políticas no acompañan para que eso se logre.
El etiquetado es clave en este aspecto, sobre todo por un tema comunicacional y para generar conciencia sobre lo que consumimos. Creo que es importante el trabajo conjunto para lograr esa comunicación, y dar conciencia sobre dónde viene aquello que consumimos, cómo es que se produce y qué beneficios trae o consecuencias traería en caso de que eso se haga.
AB: Existen varios desafíos. Yo creo que el mundo se está dando cuenta de esos desafíos y por suerte se están trabajando. Para mí el primer desafío primordial, es la seguridad alimentaria, el desafío de garantizar que los nuevos productos o alimentos que van surgiendo a raíz de estas nuevas tecnologías, acompañen y preserven esa seguridad alimentaria, sobre todo en las personas.
Estamos hablando de nuevos procesos, de nuevos productos y de nuevas formas de generarlo. La solución siempre es colaborar con las agencias reguladoras para desarrollar ese marco normativo que haga eficiente la entrega de estos productos y efectivo el uso de recursos del sistema de producción, evaluando siempre la seguridad en todo proceso.
Después está el etiquetado y la transparencia para lograr esa comunicación. Estamos hablando de alimentos modificados, porque presentan nuevas ingredientes, por esta fuente de nuevas formas alternativas de sintetizar la solución. De nuevo aparece el sistema público y privado en colaboración.
Por otro lado, están las normativas internacionales, que afirmar qué tan alineado están los sistemas de producción con las demandas y con los productos que hoy están en góndola, para justamente preservar esa seguridad.
Creo que es importantísima también la ética y la responsabilidad social. Nosotros no podemos priorizar los intereses económicos de las partes, o los intereses particulares por sobre la salud del consumidor final. Creo que hay una responsabilidad que se tiene que cumplir, y por eso es importante justamente esa comunicación constante entre el sector privado y público.
Algo que creo esencial, y más con el hambre que hay en el mundo, las guerras que estamos viendo actualmente, las noticias, el acceso a los recursos y la capacidad de producción para lograr ofrecer productos a menor precio y con un alto valor nutricional. Creo que, al fin y al cabo, que es importante dar accesibilidad a esos nuevos productos que dan un valor nutricional sabiendo que hay un gran porcentaje de hambre y pobreza en el mundo. Creo que es un desafío que todos deberíamos participar y que es importante tener en cuenta a la hora de generar una agenda común para estos nuevos productos, y formas nuevas alternativas de producción.
AB: Bueno, la verdad que lo que hay que tener en cuenta siempre, es esa seguridad alimenticia. Hay diferentes formas de alterar aspectos específicos del alimento. Uno puede hacer una modificación de grasas y aceites utilizando técnicas químicas, digamos como la hidrogenación selectiva, que permite reducir el contenido de grasas saturadas y aumentar así el de ácidos grasos.
Otro ejemplo, hacer una reducción de azúcares edulcorantes naturales, que lo que hace es básicamente reemplazar aquello que es más dañino, por algo que es más natural, pero con el mismo efecto saborizante. Y después, para mejorar la textura tenéis diferentes técnicas, puedes usar gelificación controlada, o podés hacer microencapsulación. Son diferentes técnicas que se suelen utilizar en la industria.
Lo que se busca es siempre eficientizar los métodos y buscar alternativas más naturales para justamente contrarrestar el efecto no deseado en el organismo. Al fin y al cabo, lo que uno busca es contribuir nutricionalmente a las necesidades del metabolismo de las personas, para un mayor bienestar.
En ese desafío es donde la biotecnología participa. La ciencia es clave en la investigación y desarrollo de estas técnicas, y en ese aspecto es donde estamos trabajando para mantener las experiencias, pero logrando ese cambio, y teniendo en cuenta el efecto nutricional que tiene que ser siempre para mejor.
AB: La biotecnología, a mi modo de ver, está tomando protagonismo en los mercados. América Latina es referente en esto, Argentina sobre todo, y Chile tienen mucha capacidad científica y generación de conocimiento. Creo que la biotecnología va a ser la nueva forma de ofrecer nuevas tecnologías para las industrias, y una nueva forma de generar valor. Creo que la industria que no incorpora este tipo de desarrollos va a quedarse atrás.
En materia de competitividad en Hedonix, lo entendemos muy bien, y lo que estamos haciendo y trabajando actualmente es justamente en ofrecer ingredientes de alto valor nutricional para justamente contrarrestar el estrés oxidativo. Es decir, queremos ofrecer ingredientes y estamos trabajando en ello para que las personas envejezcan a una velocidad más lenta. Esto viene, porque el promedio de edad de las personas aumenta cada vez más. Si tomamos las estadísticas que se conocen, vemos que desde los años 90 hasta el día de hoy, el promedio de edad de vida de una persona aumentó en seis años, con lo cual el desarrollo de los alimentos funcionales tiene que acompañar eso para justamente tener una vida longeva de mayor calidad.
En Hedonix puntualmente, nos estamos enfocando en ingredientes de alto valor que justamente contrarrestan este envejecimiento natural, y que permite a las personas tener mayor calidad de vida. Ya estamos trabajando con empresas de diferentes industrias para ofrecer estos ingredientes, y que puedan incorporarlos en productos manufacturados, y que el consumidor final en góndola pueda consumirlos.
Creemos que va por ahí la tendencia en materia alimenticia, y en Hedonix justamente estamos trabajando para que las industrias puedan acompañar esta tendencia.
Agradecemos a Agustín Blacker por su tiempo, conocimientos, y esta valiosa entrevista, que nos permite entender cómo la ciencia y la innovación se unen para dar forma a un futuro alimentario más saludable y sostenible. Las reflexiones compartidas en esta entrevista no solo han sido informativas, sino también inspiradoras, brindando una visión valiosa sobre los avances actuales y las promesas futuras en esta fascinante mundo.
Su compromiso con la creación de alimentos más nutritivos, accesibles y respetuosos con el medio ambiente marca un camino hacia adelante para toda una industria.
Licenciada en Nutrición y Dietética
Nutrición Clínica
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