El Síndrome de Intestino Irritable (SII), es un trastorno gastrointestinal funcional, caracterizado por síntomas crónicos recurrentes, como lo son, dolor y distensión abdominal, diarrea, y estreñimiento (1,2). Es el trastorno gastrointestinal más diagnosticado, afectando a un 11% de la población mundial aproximadamente, con una mayor prevalencia en mujeres. El SII tiene un impacto negativo en la calidad de vida, y causa un aumento en la utilización de recursos de atención médica, generando una carga económica significativa (1,3).
Entre un 60 y 70% de pacientes diagnosticados con SII, asocian el inicio de sus síntomas con determinados alimentos y la hora de comer. Es por esto, que los consejos dietéticos se basaban en disminuir el consumo de fibra, eliminar alimentos desencadenantes de síntomas como: lácteos, trigo, cítricos, y con contenido de fructosa, evitar alimentos que produzcan gases, como las legumbres, repollo, y cebolla, y limitar el consumo de cafeína, alcohol, y alimentos grasos. Sin embargo, estos consejos sólo logran una mínima disminución de los síntomas (3,4).
En la actualidad, se ha evidenciado que la dieta baja en FODMAP puede tener un impacto positivo y significativo frente a los síntomas del SII. A continuación, te contamos un poco más sobre este tipo de dieta.
El término FODMAP se refiere a las siglas en inglés de Oligosacáridos, Disacáridos, Monosacáridos, y Polioles fermentables. Estos compuestos, son un tipo de carbohidratos de cadena de corta, que las bacterias intestinales absorben poco y los fermentan rápidamente (1). Los FODMAP se pueden encontrar en diversos alimentos como:
Según la Universidad de Monash, los FODMAP no se digieren ni absorben en su totalidad en el intestino, y cuando pasan al intestino delgado, absorben agua, mientras que en el intestino grueso, las bacterias los fermentan y producen gas. Por lo tanto, el exceso de agua y gas, causa que las paredes intestinales se estiren y expandan, lo que trae como consecuencia dolor, distensión abdominal, cambio en las heces, e incomodidad en las personas con SII, pues tienen un intestino muy sensible (2).
Debido a las consecuencias provocadas por los FODMAP, estudios sugieren que la exclusión de estos compuestos en la dieta, pueden mejorar el desarrollo de los síntomas en pacientes con SII (5). Además, la investigación de la Universidad de Monash, demostró que los síntomas del SII, mejoran en 3 de cada 4 personas que siguen una dieta baja en FODMAP, reduciendo la hinchazón abdominal, el dolor, la diarrea y el estreñimiento, y mejorando la calidad de vida (2).
Por otro lado, un estudio del año 2020, concluyó que además de los síntomas gastrointestinales, los síntomas derivados de la ansiedad y la depresión, también reflejan una mejoría durante el periodo de la dieta baja en FODMAP, así como a largo plazo (6).
Primero, es importante mencionar que la dieta baja en FODMAP está dirigida a personas con diagnóstico médico de Síndrome de Intestino Irritable. Asimismo, su seguimiento, debe ser supervisado por un nutricionista calificado y capacitado en el tema, ya que esto asegurará que la dieta sea personalizada, y que haya una correcta adecuación nutricional (6).
La dieta baja en FODMAP se realiza en 3 fases:
Actualmente se sabe, que este tipo de dieta no sólo se considera una dieta restrictiva, sino también, se considera una herramienta de diagnóstico, que permite probar la tolerancia de los pacientes hacia algunos alimentos, y que estos los puedan eliminar de su dieta (4).
Ya que la dieta baja en FODMAP plantea una fase de restricción, existe una preocupación sobre el efecto de esta dieta, respecto a la adecuación nutricional, la microbiota intestinal, y la calidad de vida y su relación con la salud (1). Por lo tanto, algunos estudios han planteado la hipótesis, de que los pacientes que siguen esta dieta, estarían en riesgo de tener una ingesta reducida en fibra, y micronutrientes como calcio, hierro, vitaminas B, y antioxidantes. Sin embargo, esto se daría especialmente en personas que no tienen acceso a productos alternativos a la dieta, por tener un costo elevado (3).
Según un estudio del año 2020, se identificaron 7 problemas comunes en pacientes que aplicaron la dieta baja en FODMAP:
La dieta baja en FODMAP necesita ser explicada a los pacientes, mediante su mecanismo de acción. Por lo tanto, si el paciente no continúa la dieta acompañado de un profesional, pueden iniciar los problemas. Además, algunos profesionales de la salud tienen un conocimiento limitado sobre esta dieta, y pueden ser demasiado o poco restrictivos.
La adherencia de los pacientes hacia el tratamiento, es muy importante para la disminución de los síntomas. Por otro lado, las personas con pocos recursos económicos, pueden tener dificultad para realizarla.
La reducción de FODMAPs, como lo son los Fructooligosacáridos (FOS), Galactooligosacáridos (GOS), y la fibra, puede reducir los prebióticos presentes en los alimentos, los cuales son muy importantes para la actividad protectora de la microbiota intestinal.
La reducción del contenido de FODMAP en la dieta, puede llevar a una reducción de la ingesta de fibra, lo que puede llevar al estreñimiento. Esto puede ser muy dañino para los pacientes con SII que presentan estreñimiento continuo, sin embargo, un nutricionista especializado puede sugerir posibles soluciones.
Algunos estudios plantean, que podría existir una inadecuación nutricional, sobre todo en nutrientes como fibra, hierro, calcio (por la exclusión de lácteos), y antioxidantes por la exclusión de frutas y vegetales (flavonoides, carotenoides, vitamina C, y antocianinas). Asimismo, mencionan que puede haber una reducción significativa de peso, puesto que se consume menos calorías de las que el paciente necesita.
Es importante mencionar, que muchos pacientes con SII, presentan comorbilidades psicológicas. Por lo tanto, una dieta restrictiva podría incitar a un trastorno alimentario. Es por esto, que es muy importante identificar a pacientes con riesgo a este tipo de trastornos.
En la actualidad, existe poca evidencia de la aplicación de la dieta baja en FODMAP, y su seguimiento a largo plazo. Sin embargo, sí se conoce que la fase restrictiva sólo debe realizarse en un periodo de 2 a 6 semanas como máximo, para evitar las deficiencias nutricionales mencionadas anteriormente (4).
En conclusión, la dieta baja en FODMAP debe ser aplicada en pacientes diagnosticados con síndrome de intestino irritable. Además, es de vital importancia, que sean guiados y acompañados por un nutricionista especializado en el tema, para evitar deficiencias nutricionales. Recordemos que esta dieta no es un tratamiento curativo, pero sí puede contribuir a disminuir los síntomas, y a mejorar la calidad de vida de los pacientes.
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Licenciada en Nutrición y Dietética
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