En esta entrevista, la Lic. en Nutrición Magalí Pezzarini del Equipo Gundo conversa con la Lic. en Nutrición Elisa Sinibaldi, experta en nutrición renal y microbiota humana, para conocer su visión sobre los avances actuales, el futuro de la nutrición aplicada a la salud en dichos campos específicos, el funcionamiento de los hospitales según sean privados o públicos, la educación nutricional en niños, nutrigenómica y más, sobre todo en el contexto de su país de origen: Guatemala, aunque puede trasladarse a muchos otros países de Latinoamérica y el mundo.
Muchas gracias Elisa por tu valioso aporte!
MP: Como experta en nutrición clínica, ¿Cuáles son los desafíos más comunes relacionados con la alimentación que enfrentan los pacientes en el entorno hospitalario? ¿Cómo aborda estos desafíos desde una perspectiva nutricional basada en la evidencia científica?
ES: En el contexto de Guatemala, tenemos dos distintos tipos de hospitales o incluso hasta tres. Entonces tenemos los hospitales privados, que en este caso te diré que el servicio de alimentación por lo general es bastante completo. Tal vez desde un punto de vista clínico, el tema de protocolo como el “after surgery” no se aplica. Depende del doctor, ¿verdad?
En hospitales privados no está tan protocolizado respecto a pacientes, sino que depende del profesional que lo está atendiendo. Se trabaja mucho en interconsultas.
Luego tenemos la gama de hospitales semiprivados, que son los del Seguro Social. Estos tienen deficiencias en alimentación enormes. Está manejado por el gobierno. Entonces, pude ver claramente que el paciente entraba y seguro iba a salir con un grado de desnutrición y si el paciente entraba con un grado desnutrición iba a salir grave. Podía ver una incidencia de infecciones altísima, mal manejo de los alimentos, sin estandarización de recetas. Había tipos de dietas báscias para pacientes diabéticos, hipertensos, etc. Las porciones eran muy limitadas, pero al final eso es por un tema económico.
Respecto a los hospitales públicos sin seguro social, según el hospital hay algunos hospitales que están con muy buen manejo de servicio de alimentación, que en general les va muy bien, y hay otros en los que este servicio es sumamente deficiente.
En general, para resumirlo, sería la falta de estandarización y la falta de guía de una nutricionista como tal, muchas veces aquí en Guatemala lo llevan dietistas, no nutricionistas. Entonces el tema del aporte calórico, proteico, y la individualización de la dieta es nula o casi nula.
MP: Es decir, hay una deficiencia en la estandarización de los protocolos y de los recursos que tienen los hospitales. Y a la vez, existen amplias diferencias y desigualdades entre un sistema y otro.
¿Cuáles consideras que son los avances más significativos en la investigación científica nutricional que han influenciado la atención médica y el tratamiento de pacientes en hospitales, en los últimos años?
ES: Creo que uno de los avances más significativos es el tema de la microbiota humana. Es una tendencia y un área de la medicina y nutrición en auge. Se están evaluando más factores que pueden mejorar o empeorar el pronóstico del paciente relacionados con la microbiota. Antes había muchos vacíos en el entendimiento del mecanismo de acción, y muchos de esos vacíos se están llenando con la comprensión de la interacción con la microbiota. Aunque hay muchos avances científicos, creo que este es el más en tendencia.
MP: ¿Entonces, lo más importante es que la microbiota hace nexo con otros temas de salud, como las emociones, el aspecto psicológico, el sistema inmune, el funcionamiento de los órganos y las hormonas?
ES: Ahora que lo pienso, algo que también está tomando auge e importancia es la farmacología para el tratamiento de enfermedades metabólicas y la obesidad. La obesidad se está considerando más como una enfermedad, con inflamación de bajo grado que empeora el pronóstico del paciente y aumenta la morbimortalidad. Se están ofreciendo opciones de tratamientos más multidisciplinarios y dimensionales. Es un área también muy interesante, aunque con los abusos de siempre.
MP: ¿Qué estrategias consideras más efectivas para llevar a cabo programas de educación nutricional en entornos clínicos y cómo se refleja la investigación en esta área?
ES: Creo que la educación nutricional debería iniciar desde pequeños, así como la conversación que tienen los padres antes de tener hijos. Los hábitos se inculcan desde la infancia y cambiar hábitos alimenticios en la vida adulta es más difícil. Aumentar el awareness sobre la importancia de la nutrición en la educación infantil, en los colegios, sería fundamental.
La educación nutricional se está abriendo campo y se combina con el respaldo científico actual. Sería más fácil inculcar un buen comportamiento desde el inicio, un trabajo para pediatras, nutricionistas pediátricas, maestros y padres, enfocado más en la prevención que en la reacción.
MP: La construcción de hábitos se hace desde que nacemos y los niños copian lo que ven. Luego, la influencia de compañeros y la publicidad forman esos hábitos que en la adultez son complicados de cambiar. Tu visión de tomarlo de manera más preventiva es interesante.
Respecto a la nutrición personalizada, ¿cómo ha influido la investigación en la personalización de planes de alimentación para pacientes en el ámbito clínico y cuál es el potencial de la nutrición personalizada en el futuro?
ES: La nutrición personalizada tiene pros y contras. Personalizar la nutrición siempre va a ser mejor. Las guías actuales recomiendan cada vez más la calorimetría indirecta en lugar de fórmulas de predicción o calorías por kilo. Sin embargo, tiene poco alcance. En mi clínica, personalizo la nutrición para cada paciente, pero esto limita el alcance a una población más grande. La nutrición todavía se ve como un lujo y no como una necesidad. Esto disminuye el alcance de personas a las que se puede llegar.
MP: Hoy en día hay tendencias de nutrición personalizada basadas en estudios genéticos y utilización de inteligencia artificial. ¿Qué piensas de eso?
ES: Los estudios genéticos son interesantes, pero tienen poca evidencia y son muy caros. Los estudios de microbiota están más estudiados, pero no son accesibles en todos los países. Cuando aumente la oferta, tal vez los precios bajen. La nutrición debería ser accesible para todos, no solo para quienes pueden pagarla. Las tendencias como la keto se vuelven populares, pero no necesariamente reflejan la realidad. Aumentar el acceso a los exámenes sería ideal, pero no sé si se logrará en cinco años.
MP: Muy interesante. El futuro de la nutrición y la alimentación parece estar ligado a la microbiota y otras tendencias en desarrollo. Cinco años pueden traer muchos avances.
ES: Desde que comenzó el estudio de la microbiota, ha habido un auge, pero luego se estancó. A medida que se vuelve más popular, también surgen malentendidos y tendencias erróneas. Aumentar el acceso a diagnósticos sería un gran paso. La pregunta es si hay más incidencia de ciertas enfermedades o simplemente se diagnostican mejor.
MP: Este tema abre puertas a muchos otros temas super interesantes y prometedores. Gracias por compartir tus conocimientos.
Licenciada en Nutrición Magalí Pezzarini
Nutrición Plant Based y clínica. Nutrición Deportiva.
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