¿Puede el maní reducir el riesgo de alergia en bebés?

Manos de bebe con mani

Entre los años 1990 y 2000, guías internacionales recomendaron evitar los alérgenos alimentarios durante el embarazo, la lactancia, y los primeros años de vida, en lactantes que tengan familiares de primer grado con alergias. Esta estrategia fue utilizada para prevenir el desarrollo de alergias alimentarias, basándose en la inmadurez del sistema inmunitario intestinal de los bebés, para adquirir tolerancia frente a los alérgenos (1). Incluso, la Academia Americana de Pediatría, recomendó que los infantes eviten el consumo del maní hasta los 3 años de edad, sin embargo, la prevalencia de alergia a este alimento seguía aumentando (2).

Es cierto que las muertes relacionadas a alergias alimentarias, son poco comunes, sin embargo, las reacciones anafilácticas más frecuentes, son causadas por el consumo de maní. Además, las alergias alimentarias tienen un impacto negativo en la calidad de vida de un niño y su familia, ya que se presenta ansiedad por el riesgo a una exposición accidental al alérgeno, así como, una gran carga financiera y psicosocial (1).

1. ¿Qué nos dice la evidencia científica?

Alergia al maní en niños
Fuente: Istock

En la actualidad, estudios científicos, han demostrado que la introducción temprana del maní en la alimentación de los infantes, brinda protección contra la alergia del mismo alimento. Según el estudio Learning Early About Peanut Allergy (LEAP), publicado en el año 2016, los bebés que consumen maní a temprana edad, presentan niveles más altos de un tipo de inmunoglobulina que tiene acción protectora hacia la alergia de este fruto, modulando su respuesta inmune. Además, los autores del mismo estudio, realizaron un seguimiento de 12 meses, concluyendo que la alergia al maní, fue mayor en un grupo de infantes que evitaba este alimento, en comparación del grupo que sí lo consumía (2).

Por otro lado, un estudio que evaluó la prevalencia de consumo de diversos alimentos, incluido el maní, en niños entre 1 y 3 años de edad, se halló que los pacientes que consumían entre 3 y 4 granos de maní a la semana, tenían menor riesgo de presentar alergia a este, en comparación con los pacientes que consumían una cantidad inferior (2).

2. ¿Cuál es la edad recomendable, para brindarle maní a mi bebé?

Maní en la alimentación complementaria
Fuente: Istock

Según las pautas para la prevención de alergia al maní, del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de los Estados Unidos, las recomendaciones varían, ya que se debe estratificar a los lactantes, según el riesgo a desarrollar este tipo de alergia (2). Y por esto, definieron tres grupos de lactantes:

  • Bebés de alto riesgo, con eczema severo, alergia al huevo, o ambos.

A los cuales se les recomienda pruebas cutáneas o de sangre para detectar la alergia al maní, antes de ofrecerlo en la alimentación, entre los 4 y 6 meses de edad.

  • Bebés con eczema leve o moderado, con menor riesgo.

Se recomienda consuman el maní a una edad temprana alrededor de los 6 meses.

  • Bebés sin eczema ni alergias alimentarias, de bajo riesgo.

Pueden consumir maní o alimentos que contengan maní, en presentaciones de acuerdo a su edad, y según las preferencias de su familia(2).

3. Ingesta de maní, como medida preventiva y medida de salud pública

A que edad puede comer maní un bebé
Fuente: Istock

En la actualidad, sociedades especialistas en pediatría y alergias alrededor del mundo, coinciden en que la ingesta temprana de maní en infantes con alto riesgo, es la medida de prevención de alergias, con evidencia científica más consolidada. Incluso, el consumo de este alimento entre los 4 y 11 meses de edad, se ha llegado a proponer como una medida de salud pública (3). Además, una revisión publicada en el 2018, concluyó que la introducción temprana de alérgenos (como maní, huevo, entre otros), en la alimentación complementaria, a partir de los 4 meses, es una estrategia nutricional para la prevención de alergias alimentarias, sobre todo en lactantes con alto riesgo de desarrollarlas (4).

Una de las hipótesis de las estrategias para la prevención de alergias, es la exposición dual al alérgeno, mediante la piel y el intestino. Esto quiere decir, que el contacto de la piel con eczema junto al alérgeno, puede causar sensibilización alérgica. Sin embargo, la exposición a través del tracto digestivo, tiene mayor probabilidad a inducir una tolerancia inmunológica, por lo tanto, si un bebé con eczema evita el consumo de alérgenos por un periodo prolongado, podría estar aumentando el riesgo a desarrollar alergias alimentarias (4).

4. ¿En qué presentación puedo ofrecer maní a mi bebé?

Cómo brindarle maní a los niños
Fuente: Istock

El maní, al igual que otros frutos secos, puede ser ofrecido, en una forma adecuada para la edad del bebé, por ejemplo, en forma de mantequilla o pasta, e incluirlo en preparaciones (5). A su vez, le estarás ofreciendo nutrientes necesarios para su desarrollo y prevención de enfermedades, como proteínas de origen vegetal, grasas saludables, y sustancias anticancerígenas (6).

No se recomienda brindar el maní entero, ya que comúnmente es aspirado por los niños (7). Asimismo, se considera un alimento peligroso, con alto riesgo de atragantamiento, pues por su forma, textura, y dimensión, puede llegar a las vías respiratorias y obstruirlas, antes que el niño pueda masticarlos (8). Por lo tanto, este alimento en su presentación entera, debe evitarse en niños menores de 4 años para disminuir el riesgo de atragantamiento, y evitar la asfixia (3).

 

5. Recomendaciones

En conclusión, antes de ofrecer el maní al inicio de la alimentación complementaria, se recomienda verificar que tu bebé no se encuentre en el grupo de alto riesgo a desarrollar alergias, de lo contrario, debes realizarle una prueba cutánea o de sangre para descartar la alergia al maní, antes de ofrecerlo como alimento.

El brindarle maní a tu bebé al inicio de la alimentación complementaria, entre los 4 y 11 meses de edad, puede contribuir a la prevención del desarrollo de alergias alimentarias. Recuerda siempre ofrecerlo en forma de mantequilla, acompañar al bebé a la hora que consuma sus alimentos, y verificar que no presente ningún síntoma representativo de alergia.

 

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Pierina Vidal Del Carpio

Licenciada en Nutrición y Dietética

 

Referencias Bibliográficas

  1. Caffarelli C, Di Mauro D, Mastrorilli C, Bottau P, Cipriani F, Ricci G. Solid Food Introduction and the Development of Food Allergies. Nutrients. 2018; 10(11): 1790. Disponible en https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6266759/
  2. Chen M, Welch M, Laubach S. Preventing Peanut Allergy. Pediatric allergy, immunology, and pulmonology. 2018; 31(1): 2-8. Disponible en https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5867507/
  3. Ferraro V, Zanconato S, Carraro S.Timing of Food Introduction and the Risk of Food Allergy. Nutrients. 2019; 11(5): 1131. Disponible en https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6567868/
  4. Heine R G. Food Allergy Prevention and Treatment by Targeted Nutrition. Annals of nutrition & metabolism. 2018; 3: 33-45. Disponible en  https://www.karger.com/Article/FullText/487380
  5. Kopp, M V, Muche-Borowski C, Abou-Dkan M, Ahrens B, Beyer K, Blümchen K, et al. S3 guideline Allergy Prevention. Allergologie. 2022; 6: 61-97. Disponible en https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC8905073/
  6. Özyüksel G, Soyer T, Üzümcügil F, Yalin S, Ekinci S, Karnak I, et al. Foreign Body Aspiration in Infants: Role of Self- Feeding. Pediatric allergy, immunology, and, pulmonology. 2019; 32(2): 52-55. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6733047/
  7. Gorrepati K, Balasubramanian S, Chandra P. Plant based butters. Journal of food science and technology. 2015; 52(7): 3965-3976. Disponible en https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4486598/
  8. Lorenzoni G, Hochdorn A, Beltrame Vriz G, Francavilla A, Valentini R, Baldas S, et al. Regulatory and Educational Initiatives to Prevent Food Chocking Injuries in Children: An Overview of yhe Current Approaches. Frontiers in public health. 2022; 10: 830876. Disponible en https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC9160792/
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